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Una cocinita para el chef más creativo

Ya he comentado en alguna ocasión que a mi hijo mayor le encanta la cocina.  Le gusta cocinar conmigo, ver programas de cocina, jugar con los cacharritos... Si ve que me dirijo a la cocina, sale disparado detrás de mí, gritando "quiero cocinar, quiero cocinar". Coge su taburete, se sube a él y le dejo enredar con los ingredientes, siempre después de lavarse las manos. Claro que se come la mitad. Le da igual si es el chorizo de las lentejas, la bechamel de las croquetas, cebolla cruda (lo juro), pimiento rojo recién picado o el limón del pollo (sí, sí, a mi hijo le encanta el limón y no sólo para echarle un chorrito al pescado, sino que lo chupa encantado y se lo come a mordiscos). Todo se lo zampa. Tengo que tener cuidado cuando tengo alimentos que pueden hacerle daño si se comen crudos, pero ya está bastante concienciado de que el huevo, la carne y los pescados no se prueban sin cocinarlos. Juntos hacemos bizcochos, magdalenas, purés de verduras, lentejas, albóndigas, croquetas...

Como decía, también le gusta ver programas de cocina en la tele ("¿vemos como cocinan, mamá?"). Yo creo que le gusta Masterchef más que Caillou, que ya es decir. Y ya desde que descubrió que existe un Masterchef Junior (versión EEUU), con niños que cocinan, flipa. Grita entusiasmado "¡Mira, mamá, mira!", cuando ve a los niños picar verduras o usar las varillas. Mejor que el fútbol.

Y, claro, le encanta jugar con las cocinitas. Ahí ya se suelta la melena y saca su vena más creativa. Oye, digno de trabajar en el desaparecido El Bulli. No os riais. Cuando dentro de quince años obtenga su primera estrella Michelín y sea conocido en todo el mundo por sus helados calientes de fresa  y limón (última invención que ha salido de sus fogones de plástico), ya me diréis. Hace sopas con tomate, huevo y manzana, presenta platos con huevo pito, chalchicha y limón (ingrediente estrella de su cocina) y prepara bechamel (que le encanta) con sus varillas de plástico.

Por supuesto, ahora que estamos en plena elaboración de la carta de los Reyes Magos, ha pedido... tachán, tachán... una cocinita (no, tampoco ha sido una sorpresa para nosotros). Y aquí estoy, eligiendo entre varios modelos, aunque creo que lo que nos decidirá finalmente serán las dimensiones y el precio. Os dejo una muestra de lo que he encontrado por si algún Rey Mago más tiene que escoger una cocina de juguete.

En Dideco esta cocinita de la marca Playgo. Buen precio (33,95 euros) y además se convierte en juguetero donde guardar todas las piezas y que no anden rondando por la casa.



Dos preciosas cocinitas en EurekaKids. La primera, de madera y en la que predomina el color fucsia, incluye 8 accesorios (89,95 euros).


La segunda es la Picnic Duo de la marca Janod. Personalmente, se me va mucho de precio (159,95 euros), pero es tan bonita que no podía dejar de ponerla. Tiene de todo, incluso un taburete, además de reloj, horno de doble altura y hasta 15 accesorios.



En El Corte Inglés  he visto la Bon Apetit de Smoby. Tiene horno y nevera e incluye 17 accesorios (41,99 euros).



Divertidísima me parece la Kidkraft Brillante Pequeña que he encontrado en Inforchess (130,95 euros, gastos de envío incluidos). De madera y muy alegre.



En esa misma página hay un montón de modelos, cada cual más bonito. Además de las de madera, las de plástico son también muy vistosas y, por supuesto, más económicas. Como muestra, la Jobbi Palau (29,62 euros).



En Juguettos he encontrado esta cocina, con 16 accesorios, que se convierte en maletín (23,95 euros). Muy práctica para que quede todo recogido y para transportarla.




Peppa Pig es uno de los personajes favoritos de mi hijo. En Toys'R'Us he encontrado la cocina de Peppa, de la marca Smoby (30,99), que incluye nevera, horno y 13 accesorios.



Por último, en Imaginarium he visto esta preciosidad de madera lacada. La Grand Chef Provence Kitchen (99,95 euros) me vuelve loca, pero mi marido la ha considerado excesivamente rosa. Debo señalar que la opinión de mi marido nada tiene que ver con el hecho de que el regalo sea para un niño. Si hubiera sido una niña, habría opinado lo mismo. Considera cursi lo excesivamente rosa y lo he comprobado cuando le regalamos cosas a mi sobrina y siempre pone pegas cuando ese color aparece en exceso. Pero a mí, que soy un poco cursi, me chifla.



¿Qué os parecen? ¿Cuál os gusta más? ¡Me encantaría saber vuestra opinión!

Nota: Todas las fotos, los precios y las características han salido de las páginas web de los correspondientes comercios.