Como todos los niños, mis hijos tienen unas cuantas películas favoritas. Esas que no se cansan de ver una y otra vez, que se saben los diálogos y las canciones de memoria y, sin embargo, se emocionan por igual en las mismas escenas o se ríen con la misma intensidad con los mismos chistes. Esas películas, como todo lo que les rodea, influyen en su forma de ver el mundo. Estas son las cinco películas favoritas de mis hijos y algunos de los aprendizajes que realizan con ellas.
El Rey León
En los últimos meses esta película se ha convertido en la más vista de la casa, desplazando (¡por fin!) a Frozen. La primera en alegrarse del cambio soy yo, que no soportaba a la princesa de hielo. El caso es que mis dos chicos están entusiasmados con esta película (y, por supuesto, con la serie derivada La guardia del león, que emite Disney Channel). Yo recuerdo haber visto esta película en el cine cuando era niña y no me gustó mucho, pero ahora soy fan total. La muerte de Mufasa me parece una de las escenas más emotivas de la historia del cine y se me saltan las lágrimas cada vez que la veo (y ya la hemos visto unas cuantas veces).
¿Qué aprenden nuestros hijos con esta película? Pues una de esas lecciones está relacionada con la muerte y con el ciclo de la vida, un tema espinoso para tratar con niños, pero que a ellos les llega con mucha naturalidad a través de las escenas de esta cinta. El Rey León también les enseña la importancia de ser uno mismo, el valor de la amistad y que es necesario enfrentarse a los problemas, porque huir de ellos no sirve de nada. Y, por supuesto, gracia a Timón y Pumba aprenden que hay que disfrutar de los momentos buenos de la vida y hasta Scar trae su propia enseñanza al mostrarles las terribles consecuencias de la envidia.
Peter Pan
De todas las películas de dibujos animados, Peter Pan siempre fue mi favorita cuando era niña. ¿Cómo no iba a serlo? ¡Tiene de todo!: hadas, piratas, indios, sirenas, cocodrilos, niños que no crecen, son capaces de volar y vivir fantásticas aventuras... Me gusta el libro de J.M. Barrie y me gusta la versión más edulcorada de Disney. El libro (el texto original, no las versiones reducidas) es mucho más complejo, tanto en las tramas como en los personajes, y proporciona interesantes reflexiones sobre temas muy variados y algunos bastante espinosos. De hecho, no es un cuento para niños muy pequeños, pero me estoy metiendo en otro tema. El caso es que era mi película favorita y me alegra mucho que a mis hijos les guste tanto, especialmente al pequeño, que es el que más a menudo me pide que la ponga y se sabe de memoria algunas canciones.
Valores y contravalores aparecen en esta película que habla de valentía, ingenio y egoísmo (Peter Pan), de amor y celos (Campanilla), de bondad y aceptación de roles tradicionales (Wendy), de maldad y del miedo a la muerte (Garfio), de lealtad en los entornos más insospechados (Smee)... Pero, sobre todo, habla del poder de la imaginación y de los sueños y del paso del tiempo.
Frozen
Durante el año pasado fue la película más vista en mi casa. A día de hoy ya no la vemos prácticamente, pero sigue siendo importante para mi hijo mayor. Debo confesar que no me gusta esta película y que no entiendo por qué mi hijo conectó tan bien con ella. ¿Qué tecla tocó que era importante en él? Porque, no nos engañemos, las películas nos transmiten distintas emociones a cada uno y las vemos de forma diferente unos de otros. Yo, por más que he visto esta película cientos de veces, se me escapa qué emoción conectó con él y por qué ahora ha quedado claramente desplazada por El Rey León.
Aunque no me guste la película, he tratado de encontrar qué les enseña a mis hijos. Habla del amor incondicional entre hermanos y eso me parece un punto a favor, ya que incluso aparece por encima del amor romántico, tan habitual en las películas de princesas: aquí el gran acto de amor no es entre un príncipe y su enamorada, sino entre dos hermanas. También habla de ser uno mismo, como demuestra Elsa cuando a mitad de la película decide dejar de reprimirse, aunque lo hará lejos de sus seres queridos para protegerles. Además, ambas protagonistas se alejan del rol tradicional de princesa Disney, tal como viene sucediendo desde hace años, y se nos presentan como mujeres valientes e independientes, capaces de afrontar por sí mismas sus propias batallas.
En fin, después de reflexionar sobre esta película, a lo mejor tengo que repensarme la manía que le tengo.
Gru 2: Mi villano favorito
Si hay con una película con la que mis hijos se mueren de risa es con esta. Bueno, con cualquiera de los Minions, la verdad, pero ésta es su favorita. Me encantan los Minions, que conectan tan bien con los niños porque se ven representados en muchas de sus características: su inocencia, su lógica mental (que a los adultos a veces nos puede parecer absurda), su forma de enfrentarse a las cosas con humor y positivismo, su carácter imprevisible y también esas actitudes tan propias de la infancia, como pegarse de mentira (jugando), gastarse bromas pesadas o reírse con determinadas palabras... Los Minions dan lugar a las escenas más divertidas de la película y tienen un humor infantil, perfecto para los niños (a veces tengo la sensación que las películas de niños actuales incluyen demasiado "humor para adultos").
En esta segunda parte, Gru, ya convertido en padre y aceptada su condición de hombre honesto en vez de supervillano, es reclutado por una organización anticriminal y supersecreta para ayudar a salvar el mundo, mientras se enfrenta a los problemas de la paternidad en solitario y sus traumas con las citas.
Gru 2 enseña a los niños a superarse a sí mismos, pero sobre todo les enseña la importancia de la familia. Trata sobre la diversidad familiar y sobre el amor y el apoyo incondicional en el seno familiar, así como de aprender a estimarse a uno mismo (esta lección la da Gru, con un trauma infantil con las chicas que le hace creerse poco digno de ser querido y que, a medida que gana en confianza y autoestima, descubre que merece ser amado).
Mary Poppins
El último título de la lista es un clásico del cine infantil y que a mis dos hijos les encanta, especialmente a mi hijo mayor, que está ya en la edad adecuada para entender bien esta película. Al pequeño le gustan los números musicales y se lo pasa genial bailando al ritmo del Supercaligragilísticoespialidoso y del Chim Chim Cheree. ¿Sus escenas favoritas? Cuando recogen los juguetes chasqueando los dedos (¡ojalá fuera tan fácil en la vida real!), el baile por los tejados y el té en el techo, seguido muy de cerca por ese fabuloso bolso en el que cabe una casa y el jarabe de sabores cambiantes.
¿Habéis leído los libros de Mary Poppins? Yo los leí de niña y tienen muy poco que ver con la película. Dicen que la autora se enfadó muchísimo con la versión dulzona de Disney. Por suerte para nosotros, podemos disfrutar de dos perspectivas tan distintas de Mary Poppins (la de los libros y la de la película), ambas estupendas en mi opinión.
Mucho humor y canciones pegadizas son algunas de las claves de que este clásico no haya envejecido. Pero, sobre todo, pese a las ropas de principios del siglo XX y los estirados modales ingleses de los que todos hacen gala, es porque esta película no sólo habla de una niñera mágica que lleva a los niños de aventuras. Habla, sobre todo, de la relación entre padres e hijos, siempre compleja, y del poder de la imaginación.
Estas son las películas favoritas de mis hijos y para mí ha sido un buen ejercicio reflexionar un poco sobre ellas y la información que transmiten a los niños. ¿Cuáles son las películas preferidas de vuestros hijos? ¿Qué les enseñan?