En todas las casas con niños la vuelta al cole ha sido el gran hito de la última semana. Un par de días antes, yo me sumaba al equipo de malasmadres que estaba deseando que llegara el Día D. Mi hijo mayor andaba ya desquiciado e imparable . Necesitaba volver a sus rutinas y yo unas horas de descanso... para dedicárselas al pequeño, claro, no os penséis que era para irme a dar un masaje o de compras. Mi hijo mayor absorbe tanto tiempo y energías y necesita de la constante presencia del adulto, que al pequeño le deja prácticamente sin espacio propio. Terminado el veraneo, hemos sobrevivido bastante bien al tiempo de vacaciones en Madrid, a costa de mucho parque, piscina, juegos, paseos, cuentos y películas y fines de semana en el campo (que ayuda mucho a sobrellevar los días laborables), aunque la última semana empezó a hacerse muy pesada, lo reconozco. Pero por fin llegó el ansiado día, que me provocaba emociones muy distintas, porque también sentía cierto temor sobre cómo afrontaría