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Actividades con niños: Visita a Faunia

Hemos estado en Faunia por primera vez con los peques y la experiencia nos ha encantado. Si vives en Madrid o vas a visitar la ciudad, te recomiendo que lo apuntes en la agenda. Los niños disfrutarán mucho de este parque temático de la naturaleza y será una experiencia muy enriquecedora.

 



 
Los niños tienen una conexión especial con la naturaleza y creo que los padres, sobre todo los que vivimos en las grandes ciudades, debemos fomentarlo de distintas formas. Nosotros vamos con frecuencia al "campito de los abuelos", como lo llama mi hijo mayor, y en Madrid procuramos ir a parques, a la sierra... Es una buena forma de que conozcan su entorno natural más cercano, pero también es fascinante descubrir otros entornos, más lejanos e inaccesibles. Eso es lo que nos propone Faunia: un parque temático de la naturaleza que reúne más de 700 especies de animales y más de 1.000 especies vegetales, combinando el zoológico tradicional, el jardín botánico y los ecosistemas naturales.
 
Está organizado en áreas que representan diferentes ecosistemas (como la jungla o los polos) y que, a diferencia del zoo, puedes observar a los animales en una recreación de sus verdaderos hábitats e incluso tener un contacto más cercano. Además, Faunia nos ofrece la posibilidad de observar especies poco comunes. Su tamaño, menor que el zoo, me parece más asequible para visitarlo con niños pequeños.
 

Recreación de ecosistemas

¿Qué fue lo que más nos gustó? A mí, sin duda, la recreación de los ecosistemas. Los animales no están en jaulas, sino en un espacio que imita su propio hábitat, con la temperatura, la humedad y la intensidad de luz adecuadas. A los niños les encantó la granja, el mayor quedó fascinado con la recreación del río Amazonas (un gran acuario en forma de túnel que da la sensación de estar buceando en las aguas del río, repletas de especies de película) y el pequeño regresó emocionado porque en el nido vio nacer a un pollito (¡qué increíble ver cómo rompe el huevo y sale al exterior!).
  
El ecosistema de los Polos recrea el Antártico y allí estuvimos un buen rato, contemplando con una sonrisa a los simpáticos pingüinos. También atravesamos la jungla, con su frondosa vegetación, sus grandes pájaros de intensos colores y sus simpáticos monos. Allí fuimos testigos de una auténtica tormenta tropical, ya que cada media hora se recrean las aguas torrenciales que abundan en este ecosistema.  En el Jardín del Edén descubrimos bellísimas mariposas y en la Guardería de Dragones tuvimos la oportunidad de conocer a los impresionantes dragones de Komodo.
 
 
 

El ambiente y la oscuridad que envuelve el espacio de Sombras Silenciosas (que reúne a las criaturas nocturnas) está perfectamente ideado para provocar sensaciones como misterio, intriga y curiosidad. Desgraciadamente, estas sensaciones quedan mermadas por la falta de educación de muchos asistentes. Antes de entrar en el recinto, un gran cartel pide que se haga la visita en silencio y no se hagan fotos con flash (carteles que se repiten a lo largo del recorrido). Se trata de respetar el entorno de esas criaturas, no alterarlas y, al mismo tiempo, sirve para que el visitante se meta de lleno en la inquietante atmósfera. Por supuesto, al menos cuando nosotros lo visitamos, no hubo silencio. Y no es que la gente hablara en susurros, sino que lo hacía a gritos. Lo puedo entender en los niños, pero, la verdad, a los que más se oía era a los adultos. Una pena, porque restaba emoción al paseo por ese ambiente tenebroso. También en la penumbra se desarrolla el recorrido por los Misterios bajo Tierra, que, en un entorno que recrea una antigua mina, reúne especies insólitas como iguanas rinocerontes o dragones barbudos.

El parque también ofrece exhibiciones de animales (nosotros asistimos al de los osos marinos) y también se puede interactuar con animales en diversas actividades (paso en poni, viaje al Polo, alimentación de cocodrilos...). Nosotros no participamos en ninguna, pero tenían muy buena pinta.
 
Si sigues el recorrido marcado (tanto en el mapa como en las señalizaciones que hay por todo el parque) puedes ver el parque completo en unas cinco o seis horas. Nosotros tardamos un poco más, porque los niños aún son muy pequeños e iban más despacio y necesitaban hacer más paradas. De hecho, no lo vimos entero, porque los niños estaban agotados y nos quedaron algunos (pocos) territorios por descubrir. Preferimos ver menos, pero verlo bien. Ya habrá más ocasiones de volver.
 
Hay abundantes áreas de descanso, kioscos, restaurantes y hasta un parque infantil. También hay zonas de picnic y Faunia permite el acceso de comida y bebida, así que, si no quieres gastar más dinero comiendo en los restaurante, es una buena opción.
 

Datos de localización y tarifas

 
Faunia
Ubicación: Avenida de las Comunidades, 28. 28032 Madrid (zona de Valdebernardo)
Hay muchas formas de llegar a Faunia: en coche, en metro o en autobús. En este enlace podéis ver cómo llegar a Faunia de la forma más cómoda para vosotros.
 
Horarios:
 
Faunia abre a las 10:30 horas y la hora del cierre varía según el día de la semana y la época del año. En este enlace puedes consultar los horarios del parque, así como la programación de actividades.
 
Tarifas:
 
Hay distintos tipos de entrada y descuentos por la compra online (creo que merece la pena: es un ahorro de tiempo y de dinero)
 
Entrada general en taquilla: desde 26,45 euros
Entrada general online: desde 15,90 euros
Reducida (niños de 3-7 años, mayores de 65, etc.) en taquilla: desde 19,95 euros
Gratuita (menores de 3 años, entre otros)
 
El precio de las entradas varía según el día. También hay descuentos en entradas para familias numerosas y personas con discapacidad. Puedes consultar aquí los distintos precios de Faunia.
 
Como veis, disfrutamos un montón con esta visita. Los niños aprendieron mucho (y nosotros también, claro) y fue una experiencia espectacular. Repetiremos, seguro. ¿Habéis estado en Faunia? ¿Me contáis vuestra experiencia?