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Libros para niños en inglés: "Goodnight Moon"

Hoy os traigo un nuevo libro para niños en inglés. Se trata de Goodnight Moon/Buenas noches, luna, un clásico de la literatura infantil, muy adecuado tanto para ir a dormir como para familiarizarse con el inglés. A mis hijos les encanta y, como es cortito, lo leemos casi todas las noches después de su lectura habitual.



 
Texto: Margaret Wise Brown
Ilustración: Clement Hurd
Editorial: Harper Collins
Edad recomendada: De 1 a 5 años
 
"In the great green room there was a telephone, and a red balloon and a picture of the cow jumping over the moon"
 
Los cuentos para dormir forman ya un subgénero propio dentro de la literatura infantil. La literatura anglosajona tiene abundante material. Goodnight Moon/Buenas noches, luna está protagonizado por un conejito que lleva desde la década de 1940 acompañando a la cama a generaciones de niños. Mis hijos son dos de esos niños, porque por este sencillo cuento no pasa el tiempo y es una auténtica delicia. No en vano, se encuentra entre los cien libros más vendidos del mundo, como podéis comprobar en este listado. Ojo, he dicho libros, no libros infantiles, así que en ese listado encontraréis un poco de todo, y, por supuesto, libros infantiles que son auténticos súper-ventas, como La telaraña de Charlotte o La pequeña oruga glotona, entre otros.
 
Publicado en 1947, Goodnight Moon/Buenas noches, luna comienza describiendo con detalle la habitación del conejito (sus juguetes, los cuadros, los objetos cotidianos e incluso lo que se ve a través de la ventana), para que después éste vaya deseando las buenas noches a cada uno de ellos. De esta forma, va deseando las buenas noches a la lámpara, al globo, al peine, a los gatitos y a su abuelita, que teje en su mecedora. Cuando terminamos, mi hijo mayor desea buenas noches a algunas de las cosas de su propio cuarto, así que es un cuento que se puede trasladar a la realidad, tanto en español como en inglés.
 
¿Qué tiene de especial esta historia tan cotidiana? Pues, para empezar, el sencillo texto marcado por una rima relajante, casi como una canción de cuna, que se percibe mejor, claro, en la versión en inglés. En la traducción española han tratado de mantener la rima todo lo posible, pero el efecto no es el mismo e incluso a veces resulta algo forzada, porque llegan a variar el significado de algunas frases.
 
Y, luego, están las ilustraciones, marcadas por colores planos y primarios. El verde, el rojo y el amarillo destacan en las ilustraciones a color, que alternan con otras en blanco y negro, de una forma muy cinematográfica. Así, los planos generales son en color, mientras que las imágenes de objetos en solitario son en blanco y negro. Es como si una cámara hiciera una vista general y luego fuera enfocando cada objeto al que se refiere. De hecho, no es una escena estática, sino dinámica. Fijémonos en el pequeño ratoncito que corretea por el cuarto y que en cada ilustración se ha movido de un sitio a otro (os propongo invitar a vuestros hijos a que encuentren el ratoncito en cada escena), en la luna, que va subiendo por el cielo a medida que avanza la noche, al igual que las agujas del reloj, que van cambiando de posición, o en los dos gatitos que juegan sobre la alfombra, e incluso en la propia abuelita, que a veces teje, a veces pide "silencio" al conejito y, al final, desaparece, dejando al conejito y a los gatitos profundamente dormidos, tras apagar las luces.
 
Es una delicia fijarse en cada detalle de la gran habitación del conejito: el fuego de la chimenea, las estanterías con libros y juguetes, el globo atrapado en el techo, las zapatillas primorosamente colocadas al pie de la cama, los restos de papilla en la mesita, la preciosa casa de muñecas con luz, la ropa tendida... Pero si hay algo que llama poderosamente la atención son los tres cuadros que adornan las paredes, aunque el texto sólo menciona dos. Un cuadro representa a tres osos sentados en sillas (a mi hijo le recuerda, claro, al cuento de Ricitos de Oro). Otro, de la vaca saltando sobre la luna, hace referencia a una conocida nana inglesa (Hey Didle Didle) y, por último un cuadro que hace alusión a otro de los cuentos de la autora, The Runaway Bunny (El conejito fugitivo).
 
¿Es este libro una fórmula mágica para que se duerman los niños? No lo creo (al menos con mis hijos), pero sí me parece adecuado para relajar a los pequeños con su rima y sus imágenes. Una forma perfecta de despedir el día. Y, además, en inglés permite familiarizarse con la lengua y aprender palabras sencillas de objetos cotidianos, aunque siempre recordando que esto no es una clase, sino una forma de que el inglés forme parte de su día a día y que vaya entrando en contacto con esta lengua de forma amena. Pero, sobre todo, es un cuento encantador, que puede dar pie a otras actividades (describir las imágenes, encontrar objetos o, para los amantes de la manualidades, hacer su propio libro de buenas noches).
 
Goodnight Moon/Buenas noches, luna es un cuento encantador, en el que las ilustraciones y la rima se complementan perfectamente para dar un tono cálido, relajante y cotidiano. Como siempre, os dejo un vídeo del cuento, que en este caso también os servirá para haceros una idea de la pronunciación. Es un vídeo precioso, con animación del cuento, que seguro que encanta a vuestros niños:
 
 
 
Por si os interesa, aquí os dejo los enlaces del cuento, tanto en la versión inglesa como en español y la edición bilingüe (que es la que tenemos nosotros) y del otro título mencionado en esta reseña, The Runaway Bunny, otro cuento lleno de ternura del que os hablaré otro día:
 
 

 
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