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Cinco compras útiles para el bebé

No sé cómo lo hacían nuestras abuelas. Y soy incapaz de imaginar cómo lo conseguían hace tres siglos. Es cierto que ahora coleccionamos un exceso de artilugios para la crianza de nuestros bebés y la mayoría (seguramente) son prescindibles, pero hay unos cuantos que desde luego nos facilitan mucho la vida.

 
Tan sólo para transportar a mis hijos hemos utilizado un capazo, dos sillas de paseo, un fular, una mochila ergonómica y un patinete. A esto hay que sumar minicuna, cunas, maxicosi, silla para el coche, bañera, trona, silla junior (la trona del mayor ha pasado al pequeño, pero como aún no llega a la mesa si se sienta en las sillas del comedor, hemos recurrido a una muy útil silla junior de Ikea), tronas para las casas de los abuelos (también de Ikea, baratitas y muy socorridas)...

El listado es interminable. Unas cosas son heredadas, otras regaladas y otras compradas por nosotros. Muchas cosas, por suerte, las hemos podido usar con los dos niños, desde el capazo hasta la ropa, pasando por la minicuna y la hamaquita. En algunos objetos hemos optado por gamas altas, que cuestan más dinero. No siempre se cumple esa regla de que lo más caro es lo mejor, pero hay cosas en las que la diferencia es notable. Por ejemplo, en nuestro caso no escatimamos en las sillas del coche. Creemos que la seguridad en la carretera es demasiado importante y hemos optado por comprar los asientos que nos parecen más completos y seguros, aunque haya supuesto gastar más dinero. En cambio, en otras cosas hemos optado por gamas más económicas y que nos han dado muy buen resultado. Aún así, es mejor no pensar el dineral que acabamos invirtiendo.

En este post quiero resaltar cinco objetos que, en mi caso, nos han facilitado mucho la vida, por si a otros padres les sirve nuestra experiencia:

1. Mochila-fular



Sin duda, lo que hizo posible que el porteo fuera una buena experiencia fue la elección del sistema, que es algo muy personal (tanto como la decisión de portear o no). No me sentía cómoda con el fular y no he llegado a tener una buena experiencia con la mochila ergonómica (sí, sé que todo el mundo está como loco con la Manduca, pero a mí no me dio buen resultado). Por suerte, di con el sistema perfecto para mí y mi bebé: la mochila-fular. Ya he hablado anteriormente de la Caboo Carrier (lo podéis ver aquí). Ha sido una de las mejores compras que he hecho. Tiene todos los beneficios de un fular, pero es tan cómoda de poner como una mochila. Y, además, vale para bebés a partir de 2,2 kg., lo que para mí, con un bebé prematuro, ha sido imprescindible.
 

 


2. Hamaca



Cuando nació mi hijo mayor, mi cuñada, madre de dos niños, se apresuró a regalarnos una hamaquita, objeto que yo, madre primeriza e ignorante, ni siquiera sabía que existía y, mucho menos, que fuera tan cómodo. La mía es de Babybjörn. Tiene distintas posiciones, según el peso del bebé y la función que vaya a realizar (juego o descanso) y sirve hasta los dos años, aunque mi hijo mayor dejó de usarla antes del año. Ahora la utilizo con el pequeño y la verdad es que es comodísima. Para el peque es un sitio estupendo para descansar y jugar y puede acompañarme por toda la casa cuando estoy haciendo cosas. Además, se pliega completamente hasta quedar plana, así que es muy fácil de transportar y guardar.
 

 


3. Baberos



He aquí un objeto pequeño, pero imprescindible. Los hay de diversos tamaños, materiales y formas de ajustarse. He probado de tela, de plástico, grandes y pequeños, con velcro y con cintas... Me quedo, sin dudarlo, con los de Ikea. Cubren completamente los brazos y del cuello a la cintura, lo que deja la ropa a salvo de las manchas, y tienen un cómodo cierre de velcro. La tela es flexible (no como esos de plástico rígidos, que no permiten que los niños se muevan con comodidad) y repele los líquidos. Los niños se pondrán perdidos la cara, las manos y hasta el pelo, pero por lo menos no tendrás que lavar camisetas y jerseys después de cada comida.

 


4. Sacaleches



No habría podido iniciar la lactancia con mi hijo pequeño sin la ayuda de un sacaleches. Como ya he contado antes, mi hijo pequeño fue prematuro y permaneció ingresado en la UCIN durante mes y medio, estando muy grave las primeras semanas. Ya conté mi experiencia con la lactancia materna (podéis verlo aquí), todo un logro, teniendo en cuenta que no lo pude poner al pecho hasta que cumplió un mes, porque estaba conectado a un respirador. Pero estoy muy orgullosa al decir que mi hijo sólo se alimentó de leche materna desde que nació, a través de una sonda nasogástrica. ¿Cómo? Pues porque el sacaleches se convirtió en mi amigo inseparable durante aquel tiempo y durante un par de meses posteriores, cuando, como tenía poca fuerza de succión, necesitaba biberones de refuerzo. Gracias al sacaleches, esos refuerzos fueron siempre de leche materna. Tras investigar un poco los distintos modelos y dejarme aconsejar por otras mamás que tenían a sus hijos en Neonatos, opté por un sacaleches de Medela. El Mini Electric tenía todas las ventajas: eléctrico, se puede usar con una sola mano y su tamaño me permitía transportarlo con comodidad de casa al hospital (y viceversa).
 



5. Cojín de lactancia



Sé que mi marido le tiene una gran manía, pero para mí ha sido de gran ayuda en la lactancia con mis dos hijos. Yo tengo el modelo Boppy de Chicco. Permite apoyar correctamente al bebé y hace que la lactancia sea más cómoda. Desde luego, no lo uso siempre, sólo cuando estoy en casa, pero es comodísimo. Además, también puede usarlo el bebé a medida que crece para sentarse y jugar.
 

 


Y para vosotras, ¿cuáles han sido vuestras compras más útiles que habéis hecho para vuestros bebés?