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¿Vacaciones o mudanza?

Viajar con niños supone trasladar tu casa a un nuevo domicilio. Miro a mi alrededor y el apartamento en la playa de mis suegros se ha convertido en una réplica de nuestro salón. El coche vino cargado hasta los topes: dos carritos (el capazo del bebé y la sillita del mayor), dos cunas de viaje con sus
respectivos colchones y juegos de sábanas
(bueno, por suerte una de las cunas la trajeron mis suegros), una bañerita hinchable para el bebé,  su hamaquita, ropa y enseres de aseo para todos (especialmente mías, debo reconocer. ¿Cuántas cremas necesitamos?, me pregunto), juguetes, cuentos, libros, la cámara de fotos, la tablet y el portátil, porque tengo que trabajar estos días... Y aunque el coche tiene un buen maletero, aún estoy sorprendida de que lo metiéramos todo e incluso hubiera espacio para una pequeña nevera portátil de tela con botellas de agua, coca cola y sandwiches para el viaje. Mi marido organizó todo de forma admirable. No me extraña. De adolescente era campeón de tetris.